Vengo de una familia conservadora, donde pocas veces se ha podido discutir, la mejor forma de llevar la fiesta en paz, es mantenerse callado, este o no se este acuerdo.
No le llevaba la contraria a mis padres, todo lo que hacía o decía lo parecía, lo juro. Pronto me acostumbré a un rotundo “ No” . Qué vas a estar yendo a esas fiestas tan tarde. “No puedes, dije “.
¿No tienes cosas qué hacer? ¡Qué vas a estar escuchando esa música horrorosa a todo volumen ¡ te dañaras tus oídos, entiende. Qué vas a estar saliendo con esos vagos, si todo el día andan en la calle, ¿ qué no tienen casa? Hueles a humo de cigarro ¿ ya estas fumando? No me pidas dinero, no tengo...¿ para que lo quieres ?
No puedes, no debes, no toques, no mires, apaga esa televisión, no repeles. ¡Vete a dormir ¡
Las primeras veces obedecía, después me escapaba.
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