No le di importancia cuando mis síntomas apuntaban a un leve resfriado, me había resfriado tantas veces que había perdido la cuenta. Días después me bañé temprano y salí sin suéter, regresaron nuevamente los síntomas de lo que parecía un resfriado, ésta vez con más intensidad. Nunca antes había estado así, me sentía muy mal, deprimido, tenía escalofríos, fiebre. Me regresé al Defe, estuve ausente del departamento por dos semanas.
Cuando regresé me contaron que en mi ausencia hubo una fiesta en el departamento. Cada uno tuvo una versión. Me contaron que Axel y Rodrigo tuvieron un altercado, en eso coincidían todos. Julio no recordaba nada, dijo que se quedó dormido pasada las doce de la noche, por lo que supuso que la riña fue después de esa hora. Carlos no estaba, el otro Carlos, amigo de Axel me contó a detalle lo sucedido.
Recordaba todo con precisión, a veces agregando detalles que no pasaron, pero eso a él no le importaba; no recordaba el motivo de la reunión. No tenía que haber un motivo, ahí se tomaba si alguien estaba triste, o si estaban todos contentos, o si era fin de semana. Sí hubiera habido un motivo en especial, éste hubiera pasado a segundo término porque ahí se tomaba cada ocho días, no importando el motivo.
…Empezamos con cervezas wey, vinieron unas amigas de Emilio wey, esas viejas siempre están donde hay alcohol gratis wey, ¡ nunca faltan¡ Vinieron la Alejandra, Sandra la caderona, la que esta bien buena wey. La que no vino fue su prima de Emilio wey, andará con su wey, ¡ seguro¡ Ah wey… se me olvidaba, también las dos chavas gueritas que viven por conta. Y ps también vino el otro wey que siempre se me olvida su nombre; el que no faltó fue Rodrigo, su viejo de Emilio…
Emilio no estaba en ese momento para dar una réplica, tal vez por eso contaron todo a detalle, dando cada uno de ellos su versión.
...Ah y te digo, cuando las cervezas se acabaron fueron por vino.
Cuando regresé me contaron que en mi ausencia hubo una fiesta en el departamento. Cada uno tuvo una versión. Me contaron que Axel y Rodrigo tuvieron un altercado, en eso coincidían todos. Julio no recordaba nada, dijo que se quedó dormido pasada las doce de la noche, por lo que supuso que la riña fue después de esa hora. Carlos no estaba, el otro Carlos, amigo de Axel me contó a detalle lo sucedido.
Recordaba todo con precisión, a veces agregando detalles que no pasaron, pero eso a él no le importaba; no recordaba el motivo de la reunión. No tenía que haber un motivo, ahí se tomaba si alguien estaba triste, o si estaban todos contentos, o si era fin de semana. Sí hubiera habido un motivo en especial, éste hubiera pasado a segundo término porque ahí se tomaba cada ocho días, no importando el motivo.
…Empezamos con cervezas wey, vinieron unas amigas de Emilio wey, esas viejas siempre están donde hay alcohol gratis wey, ¡ nunca faltan¡ Vinieron la Alejandra, Sandra la caderona, la que esta bien buena wey. La que no vino fue su prima de Emilio wey, andará con su wey, ¡ seguro¡ Ah wey… se me olvidaba, también las dos chavas gueritas que viven por conta. Y ps también vino el otro wey que siempre se me olvida su nombre; el que no faltó fue Rodrigo, su viejo de Emilio…
Emilio no estaba en ese momento para dar una réplica, tal vez por eso contaron todo a detalle, dando cada uno de ellos su versión.
...Ah y te digo, cuando las cervezas se acabaron fueron por vino.
¡Esos pendejos para tomar no sirven¡ , dijo Julio.
¡ Tú pareces burro viejo qué en donde quieras te duermes, wey¡, dijo Axel.
Yo no decía nada, todavía no sabía el porqué de los golpes entre Rodrigo y Axel... Ah, te decía, Itzhak. El único que faltaba, ¿ quién crees que era... ? Pues Rodrigo, me dijo, y continuó hablando mientras Axel sacaba un cigarro de su cajetilla Marlboro , con un ademán mostraba la cajetilla. Tomamos un cigarro cada cada quien.
...Éste wey pensó que andaba bien pedo, ¡ pendejo¡ , dijo Axel. Tenía sueño, pero no andaba apendejado, wey. El puto estuvo relax toda la noche, para no hacerte el cuento largo, andaba con sueño, pensé dormir en el otro cuarto, ahí no había nadie, wey. Mientras hablaba aspiraba el humo del cigarro y luego lo soltaba hacia lo alto. Rodrigo me llevó al cuarto, su mano la traía en mi hombro, como abrazando, bien que me acuerdo, chinga. El puto atrancó la puerta wey, yo me di cuenta, sino hasta después. Entonces me tocó la entrepierna. Quería desabotonarme el pantalón, pero estaba más pendejo que yo y no pudo.
Entonces el wey me besó, y fue cuando lo empecé a madrear. El wey no encontraba el apagador y la puerta la tenía atrancada con una silla, corrió hacia la puerta que no abrimos. Quiso abrirla, la jalaba. Estaba atorada, no abrió.
Tuvimos que empujar la puerta, dijo Carlos. Estaba atorada, escuchábamos gritos, como de una vieja loca gritando. Hubo silencio. Julio sacó el humo de cigarro que tenía en su boca, hizo unos aros de humo despacio, como haciendo tiempo.
¡ Yo entre sueños pensé que estaban matando a un puerco¡
Julio volvió a tomar su cigarro, quedó serio, mientras nosotros nos reímos al escuchar tal disparate.
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