lunes, 16 de junio de 2008

Ls últimas gotas de junio

Las gotas de lluvia habían salpicado los vidrios del salón temprana la tarde. No hubo truenos como días anteriores, sólo un chipichipi intermitente, de esos que moja la ropa sin que uno se percate. Salió el sol, pero también llovió al mismo tiempo. No hizo frío, más bien un calor sofocante.

El último día de escuela fue como un día normal cualquiera del mes de Junio. No tengo más recuerdos, más detalles. Ese día por la noche estaba despejado, no había estrellas, no hacía falta; no había lluvia, ya había llovido suficiente.

Agarramos, entre varios a un compañero, lo arrastramos hasta un charco de agua, lo aventamos, lo mojamos. No hubo enojo, sólo risas. Así uno en uno, cómo animal para bañarse agarramos a casi todos los compañeros del salón y los revolcamos en un charco de agua.

No me escapé. Tenía que ser mojado, aventado al charco de agua como los demás. No me gustó, pataleé. Si bien no lo mencioné a más de uno se la recordé. Hubiera ido yo solo caminando ... me hubiera revolcado en el lodo ante el beneplácito de los que me miraban. Pero me arrastraron al lodo, más que agua, y como un puerco me aventaron.

Qué más daba, era el último día de escuela y yo ni cuenta me daba.

1 comentario:

Unknown dijo...

Jajaja.. chido... Oink Oink...

Saludos itzhak