Acordamos vernos días después. Alguien sugirió ir al cine, vernos para salir en grupo, no todos, al menos la bolita que estábamos en ese momento. Así por mayoría de votos, quedamos ir al cine. Sábado, cuatro de la tarde. Mi formalidad hizo ir al encuentro, puntual.
Tuve que haber ido con un pantalón de mezclilla, una playera y mis zapatos negros boleados ya gastados, tuvo que haber sido así. No tenía en mi guardarropa muchos pares… los tenis blancos de educación física, mis converse y mis zapatos negros que llevaba con el uniforme. Dentro de mis muchos defectos, usar los zapatos negros, limpios, impecables, gastados… era de uno de ellos.
Ahora prefiero los zapatos de gamuza. Se me da por encariñarme con mis zapatos, los cuido y me duran hasta que ya no pueden verdaderamente usarse.
Estuve puntual. A las citas acudo puntual. Esperé.
Claro escuché, sábado, cuatro de la tarde. Las gotas de lluvia arreciaron mi impaciencia. ¿Y si dijeron cinco de la tarde? Esperé hasta las cinco y quince. Fue inútil. Nadie llegó.
Esa fue la primera de muchas veces que me han dejado plantado.
P.D.
gx garambulla.
1 comentario:
En lo personal la lluvia me encanta, pero creo que no es muy buena combinación con la espera.
Estoy en un post!!! Jojojo
Supongo que gx quiere decir la palabra de gratitud que empieza con g y termina con s.
Um, como sea. De nada :)
Saludos...
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