Me llamo Itzhak porque así lo quiso mi padre, que me llamara igual que él y mi abuelo, el padre de mi padre, al que no conocí excepto en fotos, muchas fotos. Sin ser judío me circuncidaron al igual que a ellos, porque así también lo quiso mi padre, que me circuncidaran igual que a él.
Parafraseando a un wey del departamento cuando me vio bañándome, dijo que lo traía casquete corto. Cuando le pregunté del porqué, su respuesta fue: “ ah por como tienes el pájaro, wey”.
Rara vez me llaman por mi nombre. Mi abuela lo nombra sin pronunciar la letra “ t “ , y se come la letra “ z”, lo que sonaría literalmente así: Isac. Algunos me dicen güero, mis amigos me dicen wey.
Entre un conflicto de personalidades, religiones, identidad propia, nunca me bautizaron con alguna religión, nunca asistí a una Iglesia, tampoco hice rituales de ningún tipo, así lo quiso mi madre. Debería de ser yo quien buscara mi religión, y no que me impusieran una. Nunca busqué una, por cierto… En mi casa mi madre es quién a final de cuentas toma la última decisión. De una familia extensa, rara, perfectamente imperfecta, tengo la mitad de la sangre de una religión y la otra parte de otra, ninguna predominó en mí. Tengo más defectos que virtudes, odio el desorden. Nunca he terminado algo de lo que realmente me he propuesto. Por eso deje de hacer promesas, porque nunca cumplí una.
¿ ya mencioné que soy tacaño?
Bueno eso lo mencionaré más adelante.
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